miércoles, 23 de septiembre de 2009

Despertares...

Te encontré tendida en mi cama... desnuda, esperando que mis manos y besos llegaran a saciar la sed de amor y caricias que desde hace tiempo tu cuerpo reclamaran al mejor postor que se ofreciera a amarte...
Con humildad acepté el reto, y desde el primer momento el cuerpo me guió por los caminos a seguir, como si mi cuerpo fuese una extensión del tuyo esperando a fundirse en uno solo. Así, pude con palabras afectuosas y abrazos convencerte de que la espera había terminado... que habías encontrado al dichoso hombre dispuesto a amarte y entregarse por completo a saciar tu necesidad de afecto; y con caricias y besos me dispuse a disfrutarte... te sentí estremecerte debajo mío como lo hace la arena en la noche al sentir crecer a la marea. Fui recorriendo cada cm2 de tu cuerpo ciegamente, como si lo conociera de toda la vida, y podría jurar que así era.
Lástima que hay veces en que el amor no alcanza y las predicciones de las almas gemelas, se hacen añicos ante el impacto con una pluma... y tuve que conformarme, con ese breve momento de felicidad, esperando encontrarte algún día donde los despertares no duelan.

1 comentario:

  1. Creo que los despertares no duelen, sino que justamente, dejan ese sabor de lo soñado y vivido como tan real... Y eso es genial porque cuando te acordas en algún momento del día, te sorprendes riendo...

    ResponderEliminar